LOS INSTALADORES
Un instalador es un software ejecutable empaquetado, que contiene el programa (de aquí en adelante, aplicación), que deseamos utilizar, y las instrucciones necesarias para su despliegue en el sistema operativo. Por norma general, basta con hacer doble-clic en el instalador para ejecutar la instalación ya que suelen ser exe (EXEcutable) o msi (MicroSoft Installer). La extensión de un fichero son los últimos carácteres del nombre del fichero tras el punto (p.e.: prueba.exe)
Una vez el proceso de instalación se ha iniciado, el instalador comienza a solicitar diversa información necesaria como, por ejemplo, la ruta de la instalación, la aceptación de los términos de uso, etc.
Cuando el proceso de captación de información ha sido finalizado comienza la instalación, propiamente dicha. Este proceso extrae los archivos de la aplicación en la carpeta (en adelante, directorio) de la instalación pero, además, suele añadir rutas en el registro de Windows, directorios personales en el perfil del usuario, rutas en el registro de Windows que almacenarán datos de la aplicación y, en ocasiones, componentes compartidos en directorios del sistema.
Normalmente, el instalador siempre tendrá un tamaño menor que el total ocupado por la aplicación instalada; esto es así debido a que los archivos están comprimidos en el instalador.
Como podemos observar, una vez instalada la aplicación, no bastaría con "llevarse" el directorio de instalación a otro ordenador ya que, muy probablemente, no funcionaria puesto que nos falatarían todas las demás ubicaciones en las que el instalador a realizado cambios, así como las rutas del registro de Windows.
Entonces podemos afirmar que: el instalador se puede transportar pero la instalación no.